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lunes, 25 de octubre de 2010

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Lágrimas que mojan
Ya por desesperación.
Como los perritos pequeños que encierras en una habitación: al principio están tranquilos,
luego ven que están encerrados y que no vas a por ellos, se empiezar a poner nerviosos, dan vueltas por la habitación, comen algo, empiezan a ladrar, cada vez más fuerte, más fuerte, más fuerte...Arañan la puerta, algunos muerden cosas cercanas.
Despué sllega el lamento, incesnate llanto, al principio de rabia, luego de pena, de abandono.
Ahí es cuando saben que si su dueño no va en un rato es que ya no va a ir a por ellos.
Y entonces....la calma. Mejillas mojadas, gargántas destrozadas, cabellos revueltos.
La persona que esperabas que fuera a entrar por esa puerta a acunarte en sus brazos no ha llegado.
Es el momento perfecto para ir hacia la cama y asumir la derrota. Eres muy pequeño para este mundo.
Pero has decidido que mañana será otro día.
Que no irás con la cabeza alta, que siempre llevarás las mejillas mojadas y quizá el rimel corrido.
Pero has decidido, desde hace horasm que mañana será otro día. Un día en el que morderás, arañarás, ladrarás y luego, cuando menos se lo espere te irás
Con otro amo, con otro perro, con un vagabundo. Con alguien que no te deje encerrado en esa habitación de mierda, una habitación siempre oscura, una habitación en la que te diste cuenta que la única amiga que tienes en el mundo es esa almohada y tus confidentes el colchón y las sábanas, que te dan los abrazos tal y como los quieres, suaves, te entierras en ello, y te dejas llevar a un mundo al que ningún humano te podrá llevar nunca.
Al mundo dónde la justicia aún existe, a un mundo en el que los que lo pasan mal tienen un rincón en el que miles de personas le susurran: tranquilo, te ayudaremos, pasaremos esto todos juntos.


Maldita sea

1 comentario:

  1. Siempre queremos "No" confiar. Pero en el fondo sabemos que es imposible. Queremos creer que alguien nos va a recoger, mientras estamos llorando.

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